¡DESCUBRE LA EXPLICACIÓN DEL FINAL DE THE EQUALIZER 2 ! ¡SPOILERS!
Denzel Washington es uno de los actores más solicitados del planeta, por lo que resulta bastante extraño que sólo haya aparecido en una secuela en su ilustre carrera. En The Equalizer 2, de 2018, el actor retomó el papel de Robert McCall, un antiguo agente de la DIA que ahora imparte justicia por mano propia a los que suelen ser apartados por la sociedad. En la primera película, salva a una prostituta adolescente, interpretada por Chloë Grace Moretz, de la mafia rusa, eliminando a una horda de mafiosos en el proceso. Para toda la información sobre los estrenos de tus películas favoritas, lee esto.
La secuela no tiene necesariamente mucho que ver con la primera, ya que Robert es ahora un conductor de Lyft pluriempleado como protector vengativo, pero se encuentra en medio de una siniestra trama cuando su antigua colega, Susan (Melissa Leo), es asesinada. Esto le obliga a trabajar con su antiguo compañero, Dave York (Pedro Pascal), para resolver el caso. Para los que quieran ver a Washington seguir lanzando golpes y haciendo acrobacias como los actores de la mitad de su edad, este es un digno sucesor del nombre Equalizer. ¡Aquí está la explicación del final de The Equalizer 2!
EXPLICACIÓN DEL FINAL DE THE EQUALIZER 2
En una típica película de acción, Robert se enfrenta a la traición de alguien en quien creía poder confiar, concretamente el personaje de Pascal, Dave, que fue quien asesinó a Susan todo el tiempo. Después de secuestrar a un joven llamado Miles (Ashton Sanders), que ha caído bajo el ala vigilante de Robert, Dave atrae a Robert a una batalla final en medio de una tormenta con poderosos vientos (no muy diferente al enfrentamiento final que el actor también tuvo en Wonder Woman 1984). Como era de esperar, Robert sale victorioso apuñalando a Dave, dejando que su cuerpo caiga al océano.
Al final de esta accidentada experiencia, todos salen cambiados. Miles va a la escuela con más énfasis en su arte y termina el mural que debía crear antes en la película. Robert concluye otro hilo introducido al principio de la película utilizando un último dato dejado por Susan para reunir a un anciano, Sam (Orson Bean), con su hermana, a la que no ha visto en décadas.
¿Y qué pasa con Robert? La última vez que le vemos, está mirando al mar. Ha hecho mucho bien a las personas que ha conocido. Evitó que Miles se uniera a una banda y dio a un anciano el cierre de un capítulo doloroso de su vida. Washington llegó a decir que aún quedaban muchas aventuras por vivir: « Es una historia interminable y está abierta, así que aquí estamos » (vía The Hollywood Reporter). Si el estudio quiere, parece que hay mucho más Equalizer por hacer, con muchas direcciones posibles.
La primera película de Equalizer comienza con una cita de Mark Twain: « Los dos días más importantes de tu vida son el día en que naces y el día en que descubres por qué ». Cuando nos presentan a Robert McCall, es un fantasma: fingió su propia muerte y sigue luchando por seguir adelante tras la muerte de su esposa. No sabe qué hacer con su vida hasta que se da cuenta de que puede utilizar sus habilidades especiales para ayudar a las personas que no tienen a nadie que les ayude.
En la secuela, vemos a Robert muy asentado en esta nueva forma de vida, y los temas de la primera película siguen siendo relevantes. Lo vemos especialmente en la forma en que Robert ayuda a Miles a decidir qué camino quiere tomar en la vida. Tiene un pasado problemático, y en un momento dado empieza a sentirse atraído por una banda antes de que Robert le ponga en orden. Al final de la película, parece que Miles ha decidido seguir un camino artístico para utilizar sus dones naturales.
Una forma de ver la vida es que no nacemos con un propósito; depende de nosotros descubrirlo por nosotros mismos. Robert se da cuenta de que puede ser un defensor de los desvalidos. Miles comprende que no necesita seguir una vida de crimen cuando su arte está ahí. Si se hace una secuela, esperemos que se ciña a este tema y muestre a Robert ayudando a otros a reconocer su potencial.
